Nuestras vacaciones empezaron haciendo una visita a la Tía Luci y al Tío Paco en Alcántara. Tuvimos mucha suerte porque ese mismo día llegó Nabila. El castillo me encantó, como siempre y disfuté muchísimo de toda la atención que me dedicó todo el mundo.
La semanita en Roquetas fue genial. La playa, la piscina, la siesta, el buffet, ... Mamá me llamaba pesada, lloraba porque no quería irme de dónde estaba, aunque después me divertía muchísimo. Acabé realmente agotada, ¡qué se lo digan al Tío Fede y a la Tía Amaya! Tardé dos días en que me bajase la fiebre.
En Dicastillo ya os imaginais, Ainhoa, Ainhoa y más Ainhoa. ¡Cúanto la echo de menos! Se nos hizo muy cortito, aunque este año también hemos aprovechado la piscina de Villares ¡Qué calores!